Estreno
Teatre Nacional de Catalunya 1999, Barcelona
Dirección artística y coreografía
Sabine DahrendorfAlfonso Ordóñez
Guión
Sabine Dahrendorf
Producción ejecutiva y management
Cristina Riera
Colaboración
David Trueba
Escenografía
Mario HerreroJosep Cruelles
Vestuario
Susana FernándezMonika Harbort
Música
Josep Sanou
Sonido
Albert García
Iluminación
Sabine Dahrendorf
Complementos
Isabel Castro
Imágenes video
Josep Sanou
Poemas originales
Luis BuñuelIrene (Anónimo)
Intérpretes
Joan Dalmau, Sabine Dahrendorf, Bárbara García, Lola López, Silvia Machado, María Montseny, Alfonso Ordóñez, Valentí Rocamora, Guillermo Weickert
Co-producción
- Teatre Nacional de Catalunya
- Festival Internacional “Castillo de Alcañiz”-Ayuntamiento Alcañiz
- Centre de Cultura Contemporània de Barcelona
Subvención
- Departament de Cultura Generalitat de Catalunya
- Area de Cultura-Ajuntament de Barcelona
- I.N.A.E.M. Ministerio de Cultura
Actuaciones
Centro Cultural Palacio de la Audiencia, Soria; Théâtre Saint_Michel de Bruselas; Teatro Calderón Valladolid, Teatro Juan de Enzina ,Salamanca; Festival Internacional de Alcañiz ; Feria de Teatro de Aragón 99(Premio Espectáculo Más Innovador 13. Feria de Teatro de Aragón, Huesca).
Nuestra ultima obra como Danat “El Ojo Asombrado” estrenada en el Teatre Nacional de Catalunya (1999) tuvo como referente, como anzuelo, los poemas de un jovencísimo Luís Buñuel.
“ no me parece ni bien ni mal
yo creo que a veces nos contemplan
por delante por detrás por los costados
unos ojos rencorosos de gallina
más temibles que el agua podrida de las grutas
incestuosos como los ojos de la madre
que murió en el patíbulo
pegajosas como un coito
como la gelatina que tragan los buitres
yo creo que he de morir
con las manos hundidas en el lodo de los caminos
yo creo que si me naciese un hijo
se quedaría mirando eternamente
a las bestias que copulan en los atardeceres.”
(Luis Buñuel
del libro de poemas El perro andaluz 1929) y recitado en nuestra obra por Joan Dalmau.
Apareció la necesidad de formular una especie de guión vinculando las imágenes bailadas con las palabras ,iniciando así una colaboración con el actor Joan Dalmau y el cineasta y escritor David Trueba.
A raíz de la integración de textos y su colisión con la danza se empezaba a cristalizar una especie de “dramaturgia de confusión”. Una pérdida de orientación de la capacidad para ubicar correctamente las cosas .
Y una vez más , desde los primeros sueños de la razón nos acercamos hasta algunos de los momentos más pasionales y feroces de la mirada de otro aragonés inconmensurable. Él , que nos invitaba, con la placidez de una nube que pasa por delante de la luna, a rasgarnos el ojo con una navaja de afeitar , nos conduce ahora por un tobogán vertiginoso de imágenes, sin fisuras entre lo real y lo imaginario. Y como una extraña suerte de licuación nos inundan y permiten acercarnos, humildemente , a lo que sus ojos sellaron.
El inicio de la pieza era la presencia de una mujer sentada en una caja muy alta en el fondo del escenario, tejiendo . Retirando esta tela inmensa , una tela , que cubría desde el fondo del espacio hasta las butacas del publico y al ser retirada con obvio esfuerzo de la joven, que recordaba a la encajera de Vermeer, se llevan consigo las imágenes proyectadas de corderos en huida.
Será nuestra danza la que transforme el cuerpo de una mujer en cavidades profundas en donde se hundan los deseos. Una piel delicada de las piernas femeninas deslizando sobre tambores gigantescos, provocando arrullos persistentes.
Ahí un viejo cazador, con tensión exagerada que le impide alcanzar a la mujer deseada .Tal vez logra recuperar lo quizá perdido.
Redobles y galopes invaden este terrario oscuro del escenario y el sonido hipnotiza las mentes.
La obra se puede considerar como una complicidad entre la intención de evocar con lo que escuchas un vinculo aunque errante, con lo visual.
Con lo que atrae la mirada y por lo que evoca irritación justamente porque no ocurre o ocurre de otra manera . Juegos perversos de expectativas creadas y no cumplidas, desviaciones a confundirse de lugar. Intrigas y referencias cruzadas, gestos inacabados, gestos muñones, intentos fallidos , movimientos escupidos, sacudidas sin razón. Espacios , huecos, cavidades, cajas que encierran a las bailarinas como presas huyendo siendo reclamo de una caza. El viejo rabioso induciendo a pegar un tiro definitivo a la bailarina que se sacude danzando. Un ultimo tango en sombra. Buñuel no solía bailar. Cuentan la anécdota que solo en la intimidad de la cocina de su casa bailaba de vez en cuando el tango con su mujer.
Un final, proyectando la danza como sombra encima de la superficie de un terrario inventado.
Somos –decía un prestigioso biólogo molecular de nuestro tiempo – una terrible mezcla de ácidos nucleicos . De recuerdos, de deseos y de proteínas. El siglo que acaba se ha ocupado mucho de ácidos nucleicos y proteínas. El que llega va a centrarse en los recuerdos y deseos. Entre esto nos movemos.
(Alfonso Ordóñez, Sabine Dahrendorf)